Un día como hoy pero del año 2005, Godoy Cruz y San Martín se enfrentaban por la B Nacional en el Malvinas Argentinas. Luego de una pelea y un tumulto en un costado de la cancha por los incidentes en la tribuna, al defensor Carlos Azcurra el policía Marcial Maldonado le disparó en el pecho.

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Un día como hoy pero de 2005, Atlético San Martín y Godoy Cruz se enfrentaron por la B Nacional en el Malvinas Argentinas. Si bien todo estaba previsto para un clásico mendocino de aquellos, terminó con un futbolista herido de bala de fuego y la cosa no terminó en tragedia por suerte.

 Al defensor del Chaca, Carlos Azcurra, el policía Marcial Maldonado le disparó en el pecho durante una discusión entre los jugadores del Chacarero y las fuerzas de seguridad a los 30 minutos del segundo tiempo.

Cuando transcurría la goleada del Tomba 3-0 que terminó campeón de aquel torneo con Juan Manuel Llop, los hinchas de San Martín comenzaron a arrojar piedras desde la tribuna. La Policía de Mendoza reprimió todo con balas de goma y los futbolistas del equipo del Este intentaron calmar la furia de los efectivos.

Luego del tumulto, se ve que un jugador cae desplomado. Era Azcurra que recibió un disparo del cabo Marcial Maldonado. El futbolista terminó con heridas gravísimas: un pulmón perforado, fracturas costales, desgarro en el diafragma y problemas hepáticos fueron las consecuencias que sufrió el futbolista.

«Uno con el tiempo se da cuenta de la magnitud de lo que pasó y de lo que provocó en mi carrera. Uno, que luchó tanto e hizo sacrificios para poder ser profesional, lamentablemente tiene que poner en la balanza y debe agradecer que está vivo, que está bien, y que puede seguir disfrutando de la vida. Pero la ilusión que uno tenía se esfumó. Es como que se me terminó todo», recordó Azcurra en diálogo con el diario Olé.

Sin embargo, la vida de Azcurra siguió y hoy recuerda el episodio sin rencor hacia Marcial Maldonado. «Yo estaba en la sala, había muchos policías y gente esperando, y no tenía ganas de salir, me sentía mal. Entonces me quedé, pero el policía se retiró y a la pasada me dijo ‘perdoname, Azcurra’. Qué se yo, fue eso. Solamente él sabe si lo tiró o si se le escapo. Pero andar viviendo con rencor, para mí no tiene sentido».

El juicio tuvo resultado final recién cinco años más tarde de lo sucedido, en 2010. La justicia mendocina ratificó la pena de tres años de prisión en suspenso y dos de inhabilitación para ejercer cargos públicos para Maldonado.

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